digital divide - Universidad Complutense de Madrid

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Nov 5, 2013 - de opinión rápida, y no hay aún una acumulación consistente de información sobre Internet en perspect
Tendencias a la desigualdad en Internet: la brecha digital (digital divide) en España Fermín Bouza Catedrático de Sociología (Opinión Pública) en el Departamento de Sociología VI de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid [email protected] Febrero 2003 Publicado en Tezanos, J,F., Tortosa., Alaminos. (2003) Tendencias en desvertebración social y en políticas de solidaridad. Madrid: Ed. Sistema, pp.93−121.

1.−INTRODUCCIÓN Los datos españoles sobre la llamada brecha digital (Digital Divide) son presentados en este texto, que intenta encuadrar esos datos (de los años 2001 y 2002) en las teorías que pueden facilitar el acceso a una interpretación más precisa (Knowledge Gap Hipótesis, Agenda−Setting, y diversas tesis sociológicas sobre la brecha digital o Digital Divide). Se usan diversas variables (clase, edad, género, PIB per cápita, etc) para mostrar algunas correlaciones que hacen más nítida la brecha digital en sus diversas versiones. Se reproducen también referencias textuales de artículos y documentos significativos para situar al lector ante algunos fragmentos de la reflexión más reciente. Cuando un concepto alcanza una popularidad que trasciende el territorio estricto de alguna ciencia y entra en la cultura común, se usa y reitera en toda hora y lugar venga o no a cuento, y a su alrededor nace una retórica popular que lo transforma y hasta lo deforma. En ese caso estamos: todos los hechos sociales relacionados con la llamada Sociedad de la Información, Information Age[1], Sociedad Red, o cualquiera de los diversos nombres que se la han dado a la supuesta nueva sociedad inducida, sobre todo, por Internet, tienen una relevancia también nueva y especial para la comunicación popular, pero también para el análisis sociológico, y es preciso recomenzar a matizar las grandes afirmaciones y a precisar algunas tendencias. Hay dos cambios que me parecen centrales mirando hacia el siglo XX desde esta atalaya del siglo XXI, apenas iniciado con más pena que gloria en lo que a información y democracia se refiere: la multiplicación de los medios de comunicación (incluído Internet y, por tanto, la revolución cognitiva que el ordenador define[2]) y la transformación de la estructura social que ha cambiado radicalmente la vieja sociedad de proletarios y capitanes de industria en los países avanzados y semiavanzados.[3] Estas son, en mi criterio, las dos cuestiones sobre las que giró el cambio social en el siglo pasado y las que han fundado la llamada sociedad de la información.[4]. Los procesos globalizadores o mundializadores que acompañan y son acelerados por esa sociedad de la información (pero que existían antes de ella, aunque la sociedad de la información los ha redefinido sobre una nueva base física vinculada al flujo instantáneo de información) pueden ser clasificados y analizados desde diversos paradigmas[5], porque la mundialización es un hecho complejo y poliédrico que alude a cosas diversas que cambian con diversa intensidad. Me gusta citar a Ferdinand Tönnies cuando aludo a esto, porque él lo explicó con gran claridad sociológica hace ya muchos años[6], y en su explicación mezcló la prensa, la Opinión Pública, el mercado mundial y el gobierno mundial: un proceso total como el que hemos visto ahora desplegarse tras los atentados del 11−S. En este sentido, las previsiones de Tönnies sí han empezado a cumplirse de forma radical. Voy a detenerme aquí, en estas palabras de Tönnies, porque él está 1

aludiendo a un proceso de mundialización propulsado por la prensa, una prensa que configura de forma fuerte a la Opinión Pública (esa "fuerza extraña", dice en ese mismo párrafo)[7] y que puede ser, interpretando sus palabras en su vertiente más moral, una oscura amenaza para la autonomía humana y para la democracia. Esta idea, que de alguna forma enuncian también Mill o Tocqueville, entre otros, va a estar presente en toda la teoría y la práctica de la Mass Communication Research, cuya evolución tiene mucho que ver, en diversos momentos de su historia, con el catastrofismo decimonónico proyectado sobre el siglo XX y el siglo XXI. Aún hoy, la fantástica idea de que Bugs Bunny pudiera tener que ver con la violencia en la sociedad adulta de Estados Unidos de América por su influencia negativa en los niños a través de la Televisión, idea pintoresca donde las haya (y mantenida por algún influyente estudioso de la violencia sobre la descabellada concesión de algún metodólogo que dice que para el mundo social la correlación de 0,5 puede considerarse equivalente a la correlación 1) es la clase de idea que nace sobre una fe inmensa en las posibilidades de los medios y en un decisivo distanciamiento de las tesis sociologistas (cuando no “socialistas”) de los estudiosos de la “vieja Europa” (Rumsfeld), empeñados en buscar imperfecciones estructurales en las democracias avanzadas. Pero Tönnies supo ver bien lo sustancial del problema o los problemas que van unidos a la mundialización. Internet se añade ahora a ese mundo amenazante de los medios de comunicación más poderosos. ¿Es esto realmente así?. El debate continúa. 2−INTERNET COMO HECHO SOCIAL: LA BRECHA DIGITAL Internet aún no es un hecho social bien estudiado, aunque comienza a serlo, sobre todo en la perspectiva de la comunicación de masas[8], aunque no sólo en esa perspectiva, y los sociólogos deben estudiarlo con particular interés[9], porque en Internet pueden estarse produciendo los fenómenos más significativos de un nuevo cambio social hacia conductas individuales y colectivas de nuevo tipo, al tiempo que el mismo Internet aparece como un creciente y creíble[10] instrumento de distribución del conocimiento, con todo lo que ello significa. Pero han prevalecido los puntos de vista relativamente inciertos de políticos, comerciantes y gentes de opinión rápida, y no hay aún una acumulación consistente de información sobre Internet en perspectiva científica, porque esas opiniones rápidas son opiniones muy de superficie, pero los estudiosos tienen la responsabilidad de centrarse en la más profunda dinámica del cambio y de la inercia y prescindir de la superficial insustancialidad procedente de la exageración comercial y política: el autor de esta opinión la da en el marco de una crítica a algunos libros recientes[11] (Benjamin M. Compaine, ed, The Digital Divide: Facing a Crisis or Creating a Myth? Cambridge, MA: MIT Press, 2001.; Pippa Norris, Digital Divide: Civic Engagement, Information Poverty, and the Internet Worldwide. Cambridge: Cambridge University Press, 2001; Anthony G. Wilhelm, Democracy in the Digital Age: Challenges to Political Life in Cyberspace. New York and London: Routledge, 2000), que son una pequeña muestra de la nueva avalancha temática que podría convertir a Internet en el tema estrella de la sociología emergente en el nuevo siglo. No falta un interesante texto de Pippa Norris.[12], siempre atenta a los hechos centrales de la sociedad emergente. Pippa Norris intenta en su texto (Digital Divide)[13] determinar el gap o los gaps creados por Internet, y entiende por brecha o división digital tres cosas que yo voy a asumir (ob.cit, p.2): In this study the concept of the digital divide is understood as a multidimensional phenomenon encompassing three distinct aspects. The global divide refers to the divergence of Internet access between industrialized and developing societies. The social divide concerns the gap between information rich and poor in each nation. And lastly within the online community, the democratic divide signifies the difference between those who do, and do not, use the panoply of digital resources to engage, mobilize and participate in public life. Retomaré más adelante estos conceptos en sus cifras. El digital divide es uno de los cinco campos en que se va centrando el interés sociológico en Internet[14], y no faltan intentos de interés de construir índices rigurosos para medirlo[15] en alguna de sus vertientes (...the Internet Connectedness índex (ICI), a mensure for monitoring long−term inequalities in the quality of Internet connections among users, especially in terms of whether Internet connections will enhance the chances of people's upward mobility. This Índex is preferable to nore established digital divide mansures −e.g., gadgetry ownership or time oniine− for research on how the Internet is being incorporated into a worid of structural inequalities.[16])

2

Otro enfoque de la desigualdad viene desde una de las teorías más adecuadas para integrar el análisis de Internet en el campo del análisis de los efectos de los medios: la Knowledge Gap Hypothesis (desde ahora KGH) es la teoría de los efectos de los medios de comunicación que más se ha centrado en la posible desigualdad que estos crean, frente a la hipótesis de sentido común que nos dice que cuanta más información más igualitarismo social y más democracia. Fue enunciada por Tichenor, Donohue y Olien en 1970 [17], y ha tenido una importante repercusión entre aquellos científicos preocupados por la profundización democrática en el área del conocimento (temas educativos, sobre todo). La KGH se resume así en ese artículo primigenio: As the infusion of mass media information into a social system increases, segments of the population with higher socioeconomic status tend to acquire this information at a faster rate than the lower status segments, so that the gap in knowledge between these segments tends to increase rather than decrease. [18] Recientes investigaciones han insistido en la evidencia empírica para sustentar esta hipótesis en el mundo de Internet (Bonfadelli[19]). La hipótesis alude estrictamente al uso de los medios −Internet, en este caso− una vez poseídos [20] , pero hay también una gran restricción previa en cuanto a posesión o acceso (Internet) que nos dice que sólo una cifra entre el 7% y el 10% (según datos) de habitantes del planeta tienen acceso a Internet. Los vínculos complejos entre motivación, educación, conocimiento, etc, hacen muy difícil la corroboración plena de la KGH, pero todo apunta a que los déficit económicos y los déficit motivacionales van juntos cuando la motivación se refiere a aspectos que requieren un uso cognitivo sofisticado (búsqueda orientada de información en la red) desde un background informacional previo, que no existe en sectores populares de bajo nivel educativo[21]. Sorprendentemente, la dependencia entre el desarrollo de Internet y el desarrollo económico es matizada por algunos investigadores[22], que hablan de post−industrialismo para fijar la variable independiente, entendiendo por ello aquel conjunto de características definidas en su momento por Daniel Bell[23], en línea con la investigaciones del The Mosaic Group [24] y algunas de sus publicaciones[25] y tesis [26] , a la busca de una precisión mayor sobre el tema y buscando una cierta capacidad de predicción sobre la base empírica de las actuales características de zonas y paises. Cuestiones como la existencia de una importante red telefónica son básicas y centrales para el desarrollo de Internet[27], la apertura política en forma democrática, la educación[28], y, en resumen, un conjunto complejo de factores que desbordan el simple desarrollo económico[29] . La tabla del trabajo citado[30] es muy clara en sus correlaciones, con la desigualdad (r=−0,70), el teléfono, el consumo energético, la democracia y la educación como protagonistas. Otra teoría sobre los efectos de los medios de importante aplicación en el análisis de Internet, es la Agenda−Setting Theory, cuya creciente expansión a diversos campos [31] habla de su versatilidad y eficacia para explicar diversos hechos sociales. La constante revisión de la teoría le aporta una actualización permanente[32] y una notable capacidad autocrítica. La teoría de la Agenda−Setting fue enunciada por Maxwell McCombs y Donald Shaw (en 1972 [33]), y aludía a la jerarquización de noticias en los medios (Agenda mediática) que construía a su vez nuestra agenda (Agenda pública) desde ellos.[34] Con el tiempo, fue ampliando su perspectiva y asentándose empíricamente (es una teoría clara y muy falsable, por hablar en términos clásicos de metodología popperiana). En 1993 ambos recapitulaban la teoría[35] y lo resumían en estos términos[36]: In its evolution over the past 25 years the agenda−setting perspective has provided a common umbrella for a number of research traditions and concepts in communication. While the opening phases of agenda−setting research concentrated on the question “Who sets the public agenda and under what conditions?”, the most recent phase of work has shifted its attention to the question “Who sets the media agenda?”. The question has linked agenda−setting research to a number of social science, communication, and journalism subfields. The vast sociology of news literature with its wide variety of perspectives on the influences shaping daily construction of the news agenda is highly relevant to this aspect of agenda−setting research. Estos cambios o ampliaciones de la teoría de la agenda−setting (en el sentido de una regresión causal de los medios como causa de la agenda pública a otra cosa como causa de la agenda mediática: coaliciones de agenda, agenda política, etc, han de incluir ahora también el campo de Internet[37], y dentro de Internet la investigación sobre la génesis de las agendas y, en 3

este sentido, la brecha digital puede observarse también a la luz conceptual de la teoría del establecimiento de la agenda. Efectivamente, si la cobertura mediática en Internet provee a los individuos de armas discursivas y temáticas que usan en sus debates en los foros electrónicos [38]., los navegantes cualificados no sólo reciben toda o parte de su agenda de los medios en Internet, sino que ese conocimiento de la agenda mediática es un factor central para incrementar el Knowledge Gap, consecuencia a su vez de la brecha digital en todas sus versiones. Por otra parte, las reflexiones sobre el nuevo espacio público creado por Internet, en la línea de las preocupaciones clásicas de Habermas,[39] tienden a concentrarse en consideraciones éticas relativas a las carencias (desigualdades en ese espacio público emergente)[40]del nuevo medio en cuanto que posible espacio público lleno de expectativas para los movimientos sociales más críticos, entre otros. Y la insatisfacción política que produce la constatación de que las posibilidades emergentes vinculadas a ese medio son también restricciones emergentes, tanto técnicas como económicas o culturales. Yo he hecho también algunas consideraciones colaterales sobre la formación de una nueva comunidad científica desde Internet[41] o, mejor: la real posibilidad que ofrece Internet para la existencia, ahora sí, de una comunidad científica en términos kuhnianos que sería (está siendo, de hecho) más interactiva, informada y democrática o igualitaria, sobre todo en la medida en que la información y las bases de datos sean crecientemente abiertas y al alcance de todos (algunas medidas tomadas por el M.I.T en sus páginas de Internet, en el sentido de abrir crecientemente los contenidos al público general, parecen ir en esa línea). Es decir: hay un potencial de igualdad que sí está siendo desarrollado, en cierta medida, sobre todo como circulación de información entre elites, y esto mismo, con ser restringido, anuncia unas posibiliddes democráticas extraordinarias si la brecha digital fuese reduciéndose en alguna medida o, quizá, más esperanzadamente, si fuese neutralizada. Es un objetivo trascendente para los próximos decenios. No faltan políticas públicas interesantes para reducir la brecha[42], pero la complejidad política, económica y cultural de la desigualdad es de tal magnitud que, finalmente, hay que encuadrar el problema de la brecha digital en el conjunto de cuestiones de largo alcance que atañen a la propia desigualdad como una cuestión estructural con implicaciones políticas relativas al orden mundial emergente. Pero toda política posibilista de mejora debe ser bienvenida, por más que el fondo de la cuestión nos remite a debates de gran magnitud de orden político y económico. En todo caso, como dice Peter Golding, “But hope survives, nourished by a mix of naivete, determination, and honest endeavor. In Gramsci's succinct quip, pessimism of the intellect, optimism of the will.”[43]. Y desde ese optimismo de la voluntad hay que seguir trabajando como si fuese posible que no se nos escapase esta nueva fuente de riqueza potencial y de democracia que es Internet. En esa esperanza tiene sentido este ejercicio de hacer cuentas y seguir la marcha del desarrollo de la Red, aunque los resultados no sean satisfactorios todavía. Que lo vayan a ser o no depende también de una Opiniones Públicas activas que en estos días previos a la anunciada guerra de Irak se han mostrado sorprendentemente vivas. Quizá no sea un síntoma pasajero, y exprese una resurrección o una revitalización de la democracia y de la voz de la ciudadanía. No falta quien vea en Internet la posibilidad de un Panóptico al modo de Bentham[44], y este tipo de evolución siempre es posible cuando las condiciones de relación entre la ciudadanía y los gobiernos no son las deseables. Finalmente, lo que está en juego es exactamente eso: la capacidad de la Opinión Pública para hacerse con el control democrático de los medios, Internet en nuestro caso. Es, por tanto, un problema político que atañe a la calidad de la democracia contemporánea en los países avanzados y semiavanzados. Si la brecha entre los gobiernos y las Opiniones Públicas se incrementa, entramos en un escenario de crisis de representación en el que el Panóptico es posible como solución a tal problema tecnopolítico y democrático. No será así, pero hay que aceptar también esa posibilidad, siquiera como profecía autonegante. 3−DIGITAL DIVIDE EN ESPAÑA (datos A): encuesta a la población general del EGM−AIMC. En la tabla 1 (Brecha digital interior en España. Brecha Social −social gap/social divide−) puede observarse 4

cómo se produce una correlación perfecta y positiva entre rango de clase y rangos de uso de Internet (Rho=+1), no dejando lugar a dudas sobre el déficit inicial de las clases populares en la carrera del conocimiento: el social gap o brecha social en el conjunto de la brecha digital es fuerte y anuncia un incremento del Knowledge Gap o distancia social del conocimiento a medida que el uso de Internet vaya aumentando más rápidamente en las clases altas, como es de esperar siguiendo la tendencia. Esto es tanto como decir que la gestión de las agendas (en el sentido de la teoría de la Agenda−Setting) seguirá siendo una cuestión muy limitada a una parte de la sociedad, y que la difusión de Internet, tan positiva en todo caso, tiene más –de momento− de función de comunicación de élites que de instrumento de mejora informativa y educativa del conjunto de la población. Hacer sociología de estas cosas es, por supuesto, hacer una Sociology of Impatience en expresión también de Golding[45], porque los cambios sociales no siempre son los que deseamos y las líneas que se anuncian en el desarrolllo de la Nuevas Tecnología de la Comunicación no van necesariamente y por si mismas hacia un estado ideal de cosas, algo así como la definitiva construcción de una Esfera Pública abierta, libre, democrática, plenamente accesible y base definitiva del cambio más deseable. Al contrario: seguimos encontrando las cifras malditas de la desiguadad y seguimos luchando por corregirlas. Que ello sea posible depende también de la actividad y decisión de esas Opiniones Públicas que ahora podrían estar empezando a ser más críticas y exigentes. Ojalá sea así.

5

TABLA 1 BRECHA DIGITAL INTERIOR EN ESPAÑA. BRECHA SOCIAL (SOCIAL GAP/SOCIAL DIVIDE) Perfil de audiencia de los medios en España ( INTERNET ). Según datos AIMC−EGM (Resumen general) Octubre 2001 a Mayo 2002, y elaboración propia. Usuarios/mes en población de 14 o más años. CLASE SOCIAL (según criterio AIMC−EGM)

Alta Media Alta Media Media Media Baja Baja

PORCENTAJE Diferencia con la DE media de usuarios de USUARIOS Internet, 21,9: según DE datos generales INTERNET AIMC−EGM (octubre (en el interior 2001/mayo 2002) en la de cada población general categoría) (BRECHA SOCIAL, social gap o social divide) 58,1 +36,2 37,5 +15,6 22,1 +0,2 10,0 −11,9 4,3 −17,6

Rango 1 de uso de Rango 2 de clase Internet (interior a la social clase) correlación de rangos Rho de Spearman (1,2): +1, sig. a nivel 0,01, bilateral

1 2 3 4 5

1 2 3 4 5

6

Pero hay otras brechas evidentes en esta encuesta: TABLA 2 BRECHA DIGITAL INTERIOR EN ESPAÑA. BRECHA DE EDAD Perfil de audiencia de los medios en España ( INTERNET ). Según datos AIMC−EGM (Resumen general) Octubre 2001 a Mayo 2002, y elaboración propia. Usuarios/mes en población de 14 o más años. EDAD (AÑOS)

14−19 20−24 25−34 35−44 45−54 55−64 65 Y MÁS AÑOS

PORCENTAJE DE USUARIOS DE INTERNET (en el interior de cada categoría)

48,3 49,1 36,2 22,5 14,2 5,3 0,9

Diferencia con la Rango 1 de uso media de usuarios de Internet de Internet, 21,9: (interior al tramo según datos de edad) generales AIMC−EGM (octubre 2001/mayo 2002) en la población general (BRECHA DE EDAD) +26,4 1 +27,2 2 +14,3 3 +0,6 4 −7,7 5 −16,6 6 −21 7

Rango 2 de edad correlación de rangos: Rho de Spearman (1,2): −1, sig. a nivel 0,01, bilateral.

7 6 5 4 3 2 1

TABLA 3 BRECHA DIGITAL INTERIOR EN ESPAÑA. BRECHA DE GÉNERO Perfil de audiencia de los medios en España ( INTERNET ). Según datos AIMC−EGM (Resumen general) Octubre 2001 a Mayo 2002, y elaboración propia. Usuarios/mes en población de 14 o más años. GÉNERO (HOMBRE/MUJER)

PORCENTAJE DE USUARIOS DE INTERNET

HOMBRE MUJER

(en el interior de cada categoría) 27,4 16,8

Diferencia con la media de usuarios de Internet, 21,9: según datos generales AIMC−EGM (octubre 2001/mayo 2002) en la población general (BRECHA DE GÉNERO)

+5,5 −5,1

7

TABLA 4[46] BRECHA DIGITAL INTERIOR EN ESPAÑA. BRECHA DE COMUNIDAD AUTÓNOMA (Abril−Mayo 2002: tabla del informe resumido de AUI y elaboración propia) Perfil de audiencia de los medios en España ( INTERNET ). Según datos AIMC−EGM (Resumen general) Octubre 2001 a Mayo 2002, y elaboración propia. Usuarios/mes en población de 14 o más años. COMUNIDAD

Porcentajes de usuarios Rango 1 de uso de Internet Rango 2 de PIB POR último mes en el HABITANTE,2001[47] interior de la categoría correlación de rangos Rho de Spearman (1,2): +591, sig.(0,013) a nivel 0,05, bilateral Andalucía 18,3 12 16 Aragón 20,1 10 7 Asturias 23,3 4 12 Baleares 21,5 8 5 Canarias 21,7 6 11 Cantabria 21,6 7 8 Castilla/León 16,5 14 10 Castilla/La Mancha 13,6 16 14 Cataluña 26,6 2 4 C. Valenciana 21,1 9 9 Extremadura 13,5 17 17 Galicia 17 13 15 Madrid 24 3 1 Murcia 19,6 11 13 Navarra 16,1 15 2 País Vasco 27,7 1 3 La Rioja 22,6 5 6

8

3−DIGITAL DIVIDE EN ESPAÑA (datos B): encuesta a navegantes (in situ: navegando) de la AIMC: También hay algunos datos para hablar del democratic divide (la brecha democrática) en España, o de la brecha de género, o de la brecha de edad, o de infinidad de brechas tanto en el interior de la brecha social como de la brecha democrática (las habrá también en la brecha global): en la encuesta a navegantes (in situ: navegando) de la AIMC[48], aparecen estos datos que son muy expresivos, aunque no suficientes para precisar la brecha democrática (o de uso de Internet para mejorar la participación social en la vida pública), aunque puede deducirse por algunos datos. Hay un grupo que navega, probablemente a la busca de un alto rendimiento científico o profesional (48,6%) y otro grupo que hace un uso “personal” (50,2%). Cabe pensar que este último grupo navega sin objetivos claros, y el primero es un grupo de alto rendimiento (Knowledge Gap). El 52,1 de los navegantes que están navegando realmente (base de la encuesta) tienen estudios universitarios: este es el dato más demoledor, desde el social divide, en este caso. De especial interés es la brecha por comunidad autónoma, que aquí presenta una correlación de rangos (rango de uso por comunidades/rango de comunidades por PIB per cápita) aún más alta que en la encuesta a la población general (Rho= +756), lo que es coherente con el mayor y más cualificado uso de Internet que hacen los navegantes más avezados, que son los que correlacionan más comunidad/PIB/uso: es la brecha digital en su variante comunidad autónoma/navegantes in situ.

9

BRECHA DIGITAL INTERIOR EN ESPAÑA Según Encuesta a NAVEGANTES EN LA RED (usuarios de Internet que visitan “sites” españoles). Según datos AIMC Julio 2001 : TABLA 5 Navegantes (in situ) por Género: GÉNERO

Cifras Absolutas

PORCENTAJES

(HOMBRE/MUJER) Base muestral Hombre Mujer NC

43.942 30.987 12.821 134

100,0 70,5 29,2 0,3

Cifras Absolutas 43.942 4.067 9.110 16.952 8.731 3.863 906 227 86

PORCENTAJES 100,0 9,3 20,7 38,6 19,9 8,8 2,1 0,5 0,2

TABLA 6 Navegantes (in situ) por Edad: Tramos de Edad Base muestral Menores de 20 años 20−24 años 25−34 35−44 45−54 55−64 65 o más años NS/NC

10

TABLA 7 Navegantes (in situ) por Comunidad Autónoma (en esta tabla no se hace por relación a población de cada comunidad: se trata de porcentajes absolutos. Las cifras relativas y la correlación son de elaboración propia sobre el censo de población de 2001 y PIB per cápita 2001, datos INE):

11

Comunidades

Cifras absolutas

PORCENTAJES Cifras relativas RANGO RANGO EN (porcentajes EN PIB POR restados)[49] INTERNETHABITANTE[50] Brecha de comunidades autónomas (%)

Base muestral (residentes en España) Andalucía

39.777

100,0

4.674

11,8

Aragón

1.123

2,8

Asturias

1.327

3,3

Baleares

708

1,8

Canarias

1.501

3,8

Cantabria

477

1,2

Castilla y León

2.210

5,6

Castilla−La Mancha Cataluña

1.103

2,8

8.374

21,1

Comunidad Valenciana Extremadura

3.636

9,1

708

1,8

Galicia

1.866

4,7

Madrid

7.860

19,8

Murcia Navarra País Vasco

801 561 2.354

2,0 1,4 5,9

La Rioja Ceuta y Melilla

262 81

0.7 0,2

NS/NC

151

0,4

11,8−18= −6,2 2,8−2,9= −0,1 3,3−2,6= +0,7 1,8−2,1= −0,3 3,8−4,1= −0,3 1,2−1,3= −0,1 5,6−6= −0,4 2,8−4,3= −1,5 21,1−15,5= +5,6 9,1−10,2= −1,1 1,8−2,6= −0,8 4,7−6,6= −1,9 19,8−13,3= +6,5 2−2,9= −0,9 1,4−1,4= 0 5,9−5,1= +0,8 0,7−0,7= 0 0,2−0,3= −0,1

correlación de rangos Rho de Spearman: +0,756, sig. a nivel 0,01, bilateral

18

17

9

7

4

12

10

5

11

11

7

8

12

10

16

14

2

4

15

9

13

18

17

16

1

1

14 6 3

13 2 3

5 8

6 15

12

TABLA 8 Navegantes (in situ) por Estudios:

Nivel de estudios finalizados Base muestral Sin estudios Enseñanza primaria (EGB/ESO) Enseñanza secundaria (BUP/FP) Estudios universitarios NS/NC

Cifras Absolutas 43.942 151 3.766 17.018 22.872 135

PORCENTAJES 100 0,3 8,6 38,7 52,1 0,3

TABLA 9 Navegantes (in situ) por Fin principal de acceso a Internet (¿Cual diría que es su fin principal/mayoritario de su acceso a Internet?):

Fin principal/mayoritario Base muestral

Cifras Absolutas 43.942

PORCENTAJES 100 13

Trabajo/Actividad profesional Uso académico Uso personal Otro NS/NC

17.168 4.165 22.042 469 98

39,1 9,5 50,2 1,1 0,2

TABLA 10 Navegantes (in situ) por Actividades realizadas en la navegación (Durante los últimos 30 días ¿cuaés de las siguientes actividades ha realizado en su navegación por la Web?). La suma de porcentajes es supeior a 100 ya que gran parte de informantes declara dos o más respuestas: Actividades realizadas en la navegación Base muestral Búsquedas (en buscadores/directorios) Lectura de noticias de actualidad Envío de mensajes a móviles Descarga de archivos MP3 Consulta de información financiera Consulta carteleras

Cifras Absolutas 43.942 39.338

PORCENTAJES

35.877

81,6

24.800

56,4

17.303

39,4

15.028

34,2

12.778

29,1

100 89,5

14

cine/espectáculos Envío de postales (e−cards) Localización de direcciones o teléfonos Búsqueda de empleo Consulta de previsiones meteorológicas Consulta programación TV Juegos en Red Realizar una encuesta Videoconferencia

12.757

29,0

11.522

26,2

11.091 9.526

25,2 21,7

8.623

19,6

8.465 7.452 3.030

19,3 17,0 6,9

TABLA 11 Navegantes (in situ) por Acceso a Internet desde casa. Tipo de acceso (¿Qué tipo de acceso a Internet untiliza en su casa? Si usa varios, seleccione cuál utiliza más frecuentemente) Tipo de acceso Base muestral (tiene acceso desde casa) Línea telefónica convencional RDSI (ISDN) ADSL Red de cable Punto a Punto (directo) A través de otros sistemas NS/NC

Cifras Absolutas 37.852

PORCENTAJES

29.172

77,1

2.353 2.575 3.346 61 215 130

6,2 6,8 8,8 0,2 0,6 0,3

100,0

El pequeño porcentaje de tecnologías de alta velocidad (13%) muestra un déficit grande con la media europea (26%)[51], y es la referencia más significativa para detectar una navegación de calidad que posibilite el pleno y real acceso a informaciones muy difíciles de obtener con tecnologías más débiles. En los últimos meses se ha producido un incremento de las tecnologías potentes, que no voy a recoger en este artículo, y dejo para una nueva evaluación.

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4−LA BRECHA DIGITAL EN EUROPA Y EN EL MUNDO (breve resumen orientativo) En los gráficos siguientes se observan los datos del Flash EB 125 (Gallup−2002). El recorrido entre el primero de los países de la UE (Holanda) y el último (Grecia) es de 56 puntos de porcentaje (65−9). España ocupa la penúltima posición de la UE con 29 puntos. Irlanda (48) y Portugal (31) la superan (Irlanda muy ampliamente) en el momento de la encuesta (Junio 2002) y con la pregunta específica que se hizo (Does your household have access to the Internet?)[52]:

TABLA 12 Does your household have access to the Internet?(%). (Tiene acceso a Internet en su casa?) Conjunto UE. (Flash EB 125, Gallup−2002) Base: UE 15 SI NO

Octubre 2000 28 72

Junio 2001 36 64

Noviembre 2001 Junio 2002 38 40 62 59

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TABLA 13 Does your household have access to the Internet?(%). Por países UE. (Tiene acceso a Internet en su casa?) (Flash EB 125, Gallup−2002) países/fechas Unión Europea ALEMANIA AUSTRIA BÉLGICA DINAMARCA ESPAÑA FINLANDIA FRANCIA GRECIA HOLANDA IRLANDA ITALIA LUXEMBURGO PORTUGAL REINO UNIDO SUECIA

10/2000 28 27 38 29 52 16 44 19 12 55 36 24 36 18 41 54

06/2001 36 38 46 35 59 23 48 26 12 59 46 33 34 23 53 64

11/2001 38 38 47 36 59 25 50 30 10 64 48 34 43 26 49 61

06/2002 40 44 49 40 65 29 54 36 9 65 48 35 55 31 45 64

RANGO (06/2002) 8 5 9 1 13 4 10 14 1 6 11 3 12 7 2

En el Informe de la UIT sobre el desarrollo mundial de las telecomunicaciones (2002 resumen) [53] se dice (p.6):”..surgen nuevas brechas, especialmente en términos de acceso a Internet. Son éstas más difíciles de medir, porque no se trata sólo del acceso, sino también de la calidad de la experiencia. Por ejemplo, la anchura de banda de Internet internacional (o conectividad IP) da una buena medida de la experiencia del usuario con Internet. Cuanto mayor es la anchura de banda, más rápido es el tiempo de respuesta. Entre los 400 000 habitantes de Luxemburgo tienen más anchura de banda de Internet internacional que los 760 millones de habitantes de África. Así pues, aunque África cuenta con unos cinco millones de usuarios Internet, muchos de ellos pueden ver restringida la utilización del simple correo electrónico y pueden no ser capaces de recorrer la Red. La realidad es que el acceso Internet en gran velocidad, que es cada vez más popular en muchos lugares del mundo desarrollado, tal como en la República de Corea y en América del Norte, está todavía muy lejos para la mayoría de los países en desarrollo. La nueva brecha digital se refiere a la calidad, no sólo a la cantidad.” El mismo informe expresa la brecha en el texto y gráfico que sigue:

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Gráfico 1 (UIT)

La brecha digital es una brecha económica (Distribución de la población, líneas telefónicas mundiales, abonados móviles celulares y usuarios Internet por clasificación económica de países, 2001. Fuente: base de datos de indicadores de las telecomunicaciones mundiales.

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Gráfico 2 (UIT)

Relación entre Internet (usuarios por cada 100 habitantes) y bienestar (PNB per cápita). Escalas logarítmicas. Cada punto representa una economía. El PNB se representa en términos de paridad del sistema adquisitivo. Fuente: base de datos de indicadores de las telecomunicaciones mundiales.

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El The 2002 Information Society Index [54] en su presentación en la red se abre con la frase Fifty−five countries navigating the Information Superhighway account for 98 per cent of all IT in 150 countrys: Suecia, Noruega, Finlandia, Estados Unidos y Dinamarca, por este orden, ocupan los primeros puestos en estos índices relativos. Es la cara fuerte del global gap. España ocupa el lugar 24 en cuanto al acceso a Internet, muy por debajo de su puesto como potencia media−alta industrial (8ª en el ranking mundial). Las políticas públicas no han sido suficientes y no han permitido una mejor posición. Este atraso absurdo puede tener un alto coste para el país, que acusa exageradamente esa brecha digital en todas sus estadísticas. Cuanto más tiempo pase en una situación digital secundaria, más probabilidades habrá de que la brecha se transforme en un fuerte déficit socio−cognitivo que afecte a la circulación de bienes e ideas, y que sea, hacia el interior del país, un défict asimétrico que se agranda día a día entre los sectores de ingresos medios y altos y el conjunto de las clases populares. Este gap interior inhabilita para el acceso al presente y al futuro a millones de personas y repercute en todos los indicadores de progreso de forma directa e indirecta.

[1] La retórica histórica en la que se inserta el uso creciente y abrumador de la palabra y el concepto “Informacion” está muy bién estudiada en “Nuclear Information. One Rhetorical Moment in the Construction of the Information Age”, de Charles Bazerman, en Written Communication, Vol. 18 No. 3, July 2001 259−295. Dice Bazerman refiriéndose a U.S.A (p.291): “Among the earlier uses of information age and the related term information society I have been able to locate are three futurological documents within the technology industry: Slamecka (1965), North (1970), and Helvey (1971). By the late 1970s, the term gained currency in the world of library science, in such documents as Hammer (1976), Josey (1977), and Giuliano et al. (1978). Two government reports in 1977 mark a growing awareness of the implications of living within an information age: United States Privacy Protection Commission’s Personal Privacy in an Information Society and United States Department of Commerce’s The Information Economy. The term seems to have moved into the more general world of economics and politics by the time of Dizard’s (1982) widely circulated The Coming Information Age. The term had very wide circulation by 1989 when information society became an index term in the Readers’ Guide to Periodical Literature, with 8 items that year, 12 the following year, and 18 the year after that. Over the period from1982 to 1994, the listing of items for all information terms expands from less than a half column to over nine columns… “

[2] Trato el tema en: Fermín Bouza, “Giros metodológicos y nuevo sujeto digital en la investigación científica”, Artículo de próxima publicación en Recerca, revista del Departamento de Filosofia, Sociología y Comunicación Audiovisual y Publicidad. de la Universidad Jaume I de Castellón. http://www.ucm.es/info/socvi/BOUZA/NUEVA1/ArtFBouza.html

[3] Trato el tema en: Fermín Bouza , “Las nuevas culturas del trabajo: previsión e incertidumbre”, en Las culturas del trabajo, CCCB, Barcelona, 2000, pp. (en la edición en castellano) 139−144. http://www.ucm.es/info/socvi/BOUZA/NUEVA1/ArtFBouza.html

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[4] Este concepto tiene larga genealogía, pero Manuel Castells lo ha hecho central en lo que quiere ser, crecientemente, una teoría bien fundada. Así resume Castells el concepto central ("Materials for an exploratory theory of the network society", British Journal of Sociology 51(1), 2000: pp.5−24., p.5): "The network society is a specific form of social structure tentatively identifed by empirical research as being characteristic of the Information Age. By social structure I understand the organizational arrangements of humans in relationships of production/consumption, experience, and power, as expressed in meaningful interaction framed by culture. By Information Age I refer to a historical period in which human societies perform their activities in a technological paradigm constituted around microelectronics−based information/communication technologies, and genetic engineering. It replaces/subsumes the technological paradigm of the Industrial Age, organized primarily around the production and distribution of energy."

[5] Y Ulrich Beck resume así sus matices en el mismo número monográfico del Brithis Journal of Sociology ("The cosmopolitan perspective: sociology of the second age of modernity", British Journal of Sociology 51(1), 2000: pp. 79−105., p.79): ‘Second age of modernity’ is a magical password that is meant to open the doors to new conceptual landscapes. The whole world of nation sovereignty is fading away – including the ‘container theory of society’ on which most of the sociology of the first age of modernity is based upon. In this article I propose a distinction between ‘simple globalization’ and ‘reflexive cosmopolitization’. In the paradigm of the first age of modernity, simple globalization is interpreted within the territorial compass of state and politics, society and culture. This involves an additive, not substitutive, conception of globalization as indicated for example by ‘interconnectedness’. In the paradigm of the second age of modernity globalization changes not only the relations between and beyond national states and societies, but also the inner quality of the social and political itself which is indicated by more or less reflexive cosmopolitization as an institutionalized learning process – and its enemies. [6] Ferdinand. Tönnies, Comunidad y asociación, Península, Barcelona, 1979, (ed.or:1887), p.264: "La prensa es así el instrumento (órgano) real de la opinión pública, arma y herramienta en manos de aquellos que saben cómo usarla y que tienen que usarla; posee fuerza universal en tanto que crítica de los hechos y cambios de índole social. Es comparable y en algunos casos superior al poder material que poseen los estados en virtud de sus ejércitos, sus tesoros públicos y su servicio civil burocrático. A diferencia de estos, la prensa no queda confinada dentro de fronteras naturales, sino que, en sus tendencias y potencias, es definidamente internacional, comparable por tanto con el poder de una alianza temporal o permanente de los estados. En consecuencia, puede concebirse como su objetivo final la abolición de la pluralidad de los estados y su sustitución por una única república mundial coextensiva con el mercado mundial, que se vería regida por pensadores, eruditos y escritores, y que no manejaría más métodos de coerción que los que naturaleza psicológica."

[7] Un reciente análisis de los puntos de vista de Tönnies: Hanno Hardt and Slavko Splichal. Ferdinand Tönnies on Public Opinion: Selections and Analysis, Rowman &Littlefield, New York and Oxford:, 2000. [8] Sung Tae Kim, David Weaver, “Communication research about the internet: a thematic meta−analysis”, new media & society, Vol 4(4), 2002:518–538; Guido H. Stempel III and Robert K. Stewart, “The Internet Provides Both Opportunities and Challenges for Mass Communication Researchers”, J&MCQuarterly, Vol.77, Nº.3, Autumn 2000, 541−548. [9] Paul DiMaggio, Eszter Hargittai, W. Russell Neuman, and John P. Robinson, “Social Implications of the Internet”, Annu. Rev. Sociol. 2001. 27, p.307.”Sociologists need to study the Internet more actively and, 22

particularly, to synthesize research findings on individual user behavior with macroscopic analyses of institutional and political−economic factors that constrain that behavior.”

[10] Andrew J. Flanagin and Miriam J. Metzger, “Perceptions of Internet Information Credibility”, J&MCQuarterly, Autum 2000, Nº 3, 505−540.

[11] Graham Murdock, “Debating Digital Divides”, European Journal of Communication, Vol 17 (3), 2002, p.385. [12] ver su página: http://ksghome.harvard.edu/~.pnorris.shorenstein.ksg/ [13] http://ksghome.harvard.edu/~.pnorris.shorenstein.ksg/book1.htm Digital Divide?. Civic Engagement, Information Poverty & the Internet Worldwide, Pippa Norris (Harvard University), Cambridge University Press, Forthcoming 2001,NY. [14] Paul DiMaggio, Eszter Hargittai, W. Russell Neuman, and John P. Robinson,ob.cit, p.307:“Current research tends to focus on the Internet’s implications in five domains: 1) inequality (the “digital divide”); 2) community and social capital; 3) political participation; 4) organizations and other economic institutions; and 5) cultural participation and cultural diversity.”.

[15] Joo−Young Jung, Jack Linchuan Qiu, Yong−Chan Kim. “Internet Connectedness and Inequality. Beyond the `Divide´”, Communication Research, Vol. 28 Nº. 4, August 2001, p.507−535. [16] Joo−Young Jung, Jack Linchuan Qiu, Yong−Chan Kim, ob.cit. supra, p. 507. [17] P. Tichenor,. G. Donohue., y C. Olien, "Mass Media flow and Differential Growth in Knowledge," Public Opinion Quarterly 34, 1970. pp. 159−170. [18] P. Tichenor,. G. Donohue., y C. Olien, ob. Cit, supra, p. 159−160. [19] Heinz Bonfadelli. “The Internet and Knowledge Gaps. A Theoretical and Empirical Investigation”, European Journal of Communication, Vol 17(1), 2002, p.65: “Although the knowledge gap hypothesis is often mentioned in connection with the social consequences of the Information Society, there is little discussion of its theoretical background or specific empirical evidence. ..Access to the Internet in Switzerland is still dominated by well−educated, affluent, young males and between 1997 and 2000 the gap between those who do and those who do not have access widened not narrowed. Furthermore, there are gaps in the use of the Internet too. More educated people use the Internet more actively and their use is more information oriented, whereas the less educated seem to be interested particularly in the entertainment functions of the Internet.”

[20] Bonfadelli, ob.cit.,p.68: “The knowledge gap perspective rests instead on the assumption that the information flow is not normally homogeneous as a consequence of the underlying social structure of society. The five underlying factors or processes responsible for the emergence of knowledge gaps are as follows: 1. Communication skills…2. Prior knowledge…3. Relevant social contacts…4. Selective use, acceptance and storage of information…5. Structure of the media system…” 23

[21] Maria Elizabeth Grabe, Annie Lang, Shuhua Zhou, Paul David Bolls,”Cognitive Access to Negatively Arousing News, An Experimental Investigation of the Knowledge Gap” , Communication Research, Vol. 27 No. 1, February 2000, 3−26, p.3: “Over the past 30 years, survey researchers have documented the existence of a knowledge gap and expressed concern that people with little education are falling behind because they do not acquire the information necessary to participate in socioeconomic spheres. This study is the first to offer (a) experimental evidence for the existence of the knowledge gap and (b) explanations for it in terms of varying levels of information processing capacities, or cognitive access. .. These findings do not pinpoint whether cognitive access is learned or innate, but they do suggest that the biological systems of people from higher educational backgrounds are particularly alert in preparing for information processing…The idea that people with little education have less knowledge about important social issues than people who achieve higher levels of education challenges democratic ideals of equality.” [22] Kristopher Kyle Robison and Edward M. Crenshaw , “Post−industrial transformations and cyber−space: a cross−national analysis of Internet development”, Social Science Research 31: 334–363, 2002, p.1: “In our cross−national analysis of approximately 74 developed and developing countries, we find that Internet capacity is not in fact a simple linear function of economic and political development, but rather has been driven by complex interactions that could aptly be termed ‘post−industrialism´.” [23] Kristopher Kyle Robison and Edward M. Crenshaw (ob.cit, p. 335): “In discussing this post−industrial revolution, Bell (1973) argues that post−industrial societies are dominated by large information−driven economies run by a new class of technically and scienti.cally skilled workers who manipulate and process theoretical knowledge for the formation and maintenance of social and economic production and policy. Fundamental to Bell’s analysis is the dissemination of information as the fulcrum for social processes in the post−industrial society.”

[24] http://mosaic.unomaha.edu/gdi.html,y http://mosaic.unomaha.edu/Pages/mosaicgroup.html [25]Peter Wolcott, Larry Press, William McHenry , Seymour Goodman , William Foster , “A Framework for Assessing the Global Diffusion of the Internet”, Journal of the Association for Information Systems, Volume 2, Article 6 , November 2001.

[26] Kristopher Kyle Robison and Edward M. Crenshaw (ob.cit, p. 338): “Fortunately, we are guided by some preliminary research detailing the diffusion of the Internet by the Mosaic Group, a research affliation with the Information Sciences program at the University of Arizona (Goodman et al., 1994; The Mosaic Group, 1998). In their current speculations into the processes and determinants of the global Internet diffusion, they specify a number of variables that influence the spread of computer telecommunications: prior development of telecommunications infrastructure, personal computing and software, financial resources, human capital, sectoral demand and awareness, and a competitive environment. Translated into the concerns of development theory and macrosociology, most of these variables can be subsumed under a modernization and/or diffusion umbrella. Supplemented by political economy (Dependency/World System Theories), a fairly parsimonious account of Internet diffusion emerges.”

[27] Kristopher Kyle Robison and Edward M. Crenshaw (ob.cit, p. 339). [28] Kristopher Kyle Robison and Edward M. Crenshaw (ob.cit, p. 340): “At the microsocial level, educated 24

people use resources more cleverly, are more productive on the job because they have greater facility with productive echnologies (like the Internet), and make more intelligent consumers, forcing product quality ever upward. An educated work force reduces training costs while at the same time allowing an accelerated pace of technological change in the workplace. These microsocial accounts can be lumped under human capital theory (Becker, 1964; Schultz, 1961).” [29] Kristopher Kyle Robison and Edward M. Crenshaw (ob.cit, p. 342): “…a confluence of factors is necessary and no single factor will suffice to nourish Internet development. In other words, in addition to their simple additive effects, the dimensions of modernization described above are also likely to interact with one another in shaping the development and diffusion of the Internet. Specifically, given that post−industrialism is a ‘‘game between persons,’’ we might expect interactions between a society’s educational foundation and its other dimensions of modernization—as these factors suggest a more complicated and sophisticated economy and society that is based largely on the transfers of information from person to person, organization to organization.” [30] Kristopher Kyle Robison and Edward M. Crenshaw, “Post−industrial transformations and cyber−space: a cross−national analysis of Internet development”, Social Science Research 31: 334–363, 2002. [31] Recientemente, el profesor Maxwell McCombs codirigió conmigo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid la tesis de la profesora Raquel Rodríguez (“Los profesores universitarios como medios de comunicación. La Agenda−Setting de los alumnos y los profesores”), de próxima publicación, que lleva los conceptos de la Agenda al campo educativo, con gran eficacia e interés. [32] Semetko, Holli, “Investigación sobre tendencias de la agenda setting en los noventa”, en Muñoz Alonso, A. y Rospir, J.I., Comunicación política. Editorial Universitas S.A., Madrid.1995. [33] McCombs, M. E., y Shaw, D. L, “The agenda−setting function of mass media”, Public Opinion Quarterly, 36, 176−18, 1972. [34] Dicen (en el artículo citado anteriormente –p. 177−, que es el texto fundacional de la versión establecida de la teoría de la Agenda−Setting), refiriéndose a algunos de sus antecesores en la idea básica (Lang y Lang, Cohen) y comenzando a definir la función agenda−setting: “Specifically focusing on de agenda−setting function on the media, Lang and Lang observe: The mass media force attention to certain issues. They build up public images of political figures. They are constantly presenting objects suggesting what individuals in the mass should think about, know about, have feelings about. (Kurt Lang and Gladys Engel Lang , “The Mass Media and Voting”, in Bernard Berelson and Morris Janowitz, eds., Reader in Public Opinion and Communication, 2d ed., New York, Free Press,1966, p. 466.). Perhaps this hypothesized agenda−setting function of the mass media is most succinctly stated by Cohen, who noted that the press “may not be successful in telling people what to think, but it is stunningly successful in telling its readers what to think about” (Bernar C. Cohen, The Press and Foreing Policy, Princenton, Princeton University Press, 1963, p.120). While the mass media may have little influence on the direction or intensity of attitudes, it is hypothesized that the mass media set the agenda for each political campaign, influencing the salience off attitudes toward the political issues”

[35] “The evolution of agenda−setting research: “Twenty−five years in the marketplace of ideas”, en Journal of Communication, vol. 43, núm. 2, 1993.

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[36] supra, p.60. [37] Marilyn Roberts, Wayne Wanta y Tzong−Horng (Dustin) Dzwo, “Agenda Setting and Issue Salience Online”, Communication Research, Vol. 29 No. 4, August 2002 452−465. [38] Supra, p. 452: “Online media coverage of four issues from five news media were downloaded during the 1996 fall political campaign. The frequency of EBB discussions of each issue served as the surrogate for the public agenda. An ARIMA model crosscorrelational test showed EBB discussions of three issues—immigration, health care, and taxes—correlated with news media coverage, with time lags varying from 1 day to 7 days. Only for abortion did the media have no apparent agenda−setting effect. Media coverage apparently can provide individuals with information they can use in their EBB specific−issue discussions.” (subrayados míos)

[39] J. Habermas, Historia y crítica de la opinión pública, Gustavo Gili, Barcelona, 1994 (4ª ed.), Trad: A. Doménech, Rafael Grasa. [40] p.ej: Éric George : “La question des inégalités au coeur des usages de l'Internet », COMMposite, 2002,1, http://commposite.org/2002.1/articles/george6.html: « L'analyse de l'Internet en tant qu'espace permettant de transmettre des informations et de communiquer sur les affaires publiques montre qu'il s'agit d'un lieu très inégalitaire en termes d'usages…La question de l'égalité, fondamentalement liée aux notions de démocratie et d'espace public, demeure donc un enjeu crucial lorsqu'il s'agit d'aborder l'Internet en tant que nouveau moyen de communication susceptible de contribuer à la vie de la Cité. Cette question de l'égalité est d'autant plus centrale que les associations comme ATTAC et SalAMI luttent justement contre les inégalités dans le monde. Elles se retrouvent dès lors placées devant un dilemme [13], soit considérer que l'Internet contribue trop à accroître les inégalités et renoncer, du moins provisoirement, à s'en servir comme outil – et laisser alors d'autres acteurs sociaux, notamment des entreprises, investir le réseau informatique, soit développer l'activisme électronique en essayant de palier les inégalités par le développement d'une politique de formation, ce qui peut à la fois faire dévier l'organisation de ses objectifs initiaux et contribuer – paradoxalement – à mieux intégrer les internautes dans la société promise par les entreprises qui œuvrent notamment dans le secteur des technologies de l'information et de la communication.“

[41] Fermín Bouza, “Giros metodológicos y nuevo sujeto digital en la investigación científica”, Artículo de próxima publicación en Recerca, revista del Departamento de Filosofia, Sociología y Comunicación Audiovisual y Publicidad. de la Universidad Jaume I de Castellón. http://www.ucm.es/info/socvi/BOUZA/NUEVA1/ArtFBouza.html: “Pero no sólo diversas formas de enfoque cognitivo van asumiendo la fundamentación teórica en diversas ciencias sociales (y no olvidemos que todo método y toda teoría nacen para ser negados, y son sólo un momento de la conciencia científica, pero van dejando algo a los métodos y teorías futuras), sino que también, el mismo ordenador que está en la base del cognitivismo, va modificando el carácter del sujeto investigador en la medida en que lo resitúa ante la comunidad científica de un modo distinto. El nuevo sujeto digital está sobreinformado: tiene a su alcance toda clase de datos, bien a través de todas las revistas especializadas de las que quiera disponer, como de bases de datos propiamente dichas, papers, etc, lejos ya del sujeto científico normal previo a la revolución digital que contaba con infinitas barreras para establecer una real comunidad científica internacional. De hecho, no se podía hablar de semejante cosa: la comunidad científica sólo es una realidad emergente ahora, cuando la comunicación es plena e instantánea.. La primera consecuencia del nuevo sujeto científico es la constitución de una comunidad científica real, más allá de ésta como factor especulativoo.”

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[42] Ver p.ej: Jacint Jordana, “Desigualdades digitales y sociedad de la informacion: un debate pendiente”, Universidad Pompeu Fabra, Barcelona: http://www.upf.es/dcpis/gipt/documentos/divdig−e.htm

[43] Peter Golding, “World wide wedge: Division and contradiction in the global information infrastructure “, Monthly Review; New York; Jul/Aug 1996. [44] Tom Brignall III, “The New Panopticon: The Internet Viewed as a Structure of Social Control”, Theory & Science, 2002, http://theoryandscience.icaap.org/: “Bentham believed the panopticon could extend beyond the prison to be used to help control cities and businesses. The Internet is a structure that is inherently similar to the panopticon in that Internet service providers can observe their customers’ online activities at any time without the customers’ knowledge. The Internet is also inherently similar to the Bentham panopticon prison structure because the dissemination of power and control is in the hands of the “jailers”. However, an Internet based panopticon is freed from most of the architectural constraints of Bentham’s stone and brick prototype. With wireless technology, the Internet can be viewed from almost anywhere on the planet. With an Internet panopticon model the social totality comes to function as the hierarchical and disciplinary panoptic machine. Only those that refuse to use the technology will be free from being observed. Even if individuals do not use the Internet, friends, family, and peers may use it thereby extending some of that social control over non−users. It is bad enough when a structure that is viewable to individuals is employed in order to gain social control (for instance cities employing cameras to watch the city streets). It is an Orwellian situation when a panopticon model can never be viewed in its totality, where it has no physical structure or permanent location. I am not suggesting the Internet is transforming into a jail per se. Instead, the application of Bentham’s concept could assist in converting Internet users into behaved disciples of Internet capitalism” [45] Peter Golding, “Forthcoming Features: Information and Communications Technologies and the Sociology of the Future”, Sociology, Vol. 34,No. 1, 2000, p.178. [46] EGM − Datos Generales de usuarios de Internet en España− Resumen AUI: http://www.aui.es/

[47] CONTABILIDAD REGIONAL, INE, 2001: http://www.ine.es/inebase/cgi/um

[48] Navegantes en la red, Cuarta encuesta AIMC a usuarios de Internet AIMC (Asociación para la investigación de medios de comunicación), http://www.aimc.es , Julio 2001.

[49] Porcentaje en muestra menos porcentaje de la población de la comunidad en la población total española. 27

[50] CONTABILIDAD REGIONAL, INE, 2001: http://www.ine.es/inebase/cgi/um

[51] Flash EB 125, Gallup−2002, p.9. [52] Flash EB 125, Gallup−2002, p.8: “Curiously, we continue to find a significantly higher proportion of men with access to Internetfrom their household: 46% against 36% of women (in November last the figures were 43% against 33%). Since the question pertains to the household’s access to the Internet the gender aspect may seem surprising. The gender aspect is fully relevant for the increasing number of one−person households. However, for households with more than one person, the gender aspect is determined by that of the respondent regardless of the gender of the other members of the household. Similarly, other socio−demographic elements representing the household are determined by the profile of the respondent. With this point in mind, we can highlight the following recurring characteristics: · age: 55 and above are clearly more remote in terms of Internet access from their homes than younger age categories · education: household access to the Internet strongly increases with the level of education · locality type: Internet access from home is slightly more frequent in metropolitan and urban zones than rural areas · occupation: self−employed and employees have a higher rate of household access than manual workers or those without a professional activity”.

[53] Informe sobre el desarrollo mundial de las telecomunicaciones 2002. Reinvención de las telecomunicaciones. Resumen de conclusiones. Union Internacional de Telecomunicaciones (http://www.itu.int/ITU−D/ict/)

[54] http://www.worldpaper.com/2002/feb02/isi.jpg

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